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En un sorprendente giro geopolítico, Javier Milei, anunció la renuncia oficial del país a la asociación con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Este cambio marca una transformación significativa en la postura internacional de Argentina.

En una carta dirigida a los líderes de los países BRICS, Milei expresó su desacuerdo con la proximidad política a China y Rusia, argumentando que no se alinean con los valores y los intereses estratégicos de Argentina. Esta decisión también fue comunicada a figuras clave como Xi Jinping, Vladimir Putin, Lula da Silva, Narendra Modi y Ciril Ramaphosa, líderes de los países miembros de los BRICS.

La inclusión de Argentina en los BRICS tuvo lugar durante una cumbre en Johannesburgo en agosto, donde se discutió la posible incorporación de otros países clave en la economía global, como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto e Irán, debido a su influencia en los precios internacionales del petróleo y el gas.

La renuncia evita que Argentina comparta escenario multilateral con China, Rusia e Irán, países que, según la carta, respaldan a la organización terrorista Hamas. Milei hace referencia a un ataque de Hamas contra Israel en octubre pasado, donde miles de judíos perdieron la vida.

Esta decisión ha generado diversas reacciones a nivel nacional e internacional. Algunos ven la salida como una oportunidad para fortalecer la relación con potencias occidentales, mientras que otros expresan preocupación por posibles repercusiones económicas y diplomáticas. El futuro de la política exterior argentina se presenta ahora más impredecible que nunca.