Un preso denunció golpes recibidos en una cárcel de La Rioja y señaló a un guardia como su agresor. La fiscalía actuó, y el guardia enfrenta acusaciones de apremios ilegales.
Un reciente incidente en la Alcaidía de La Rioja ha resultado en la detención de un guardia, acusado de abuso por parte de un detenido que alega haber sido maltratado por los policías de la prisión. Esta historia comienza con la valiente denuncia de un preso que sufrió abusos, y ahora el guardia enfrenta graves acusaciones de apremios ilegales.
Todo comenzó cuando un preso, que también se encuentra involucrado en una causa judicial de narcotráfico, solicitó un cambio en su lugar de detención debido a los repetidos abusos que asegura haber sufrido a manos de los agentes encargados de custodiar a los internos en la Alcaidía de La Rioja. Su abogada defensora presentó una petición, lo que llevó al Juzgado Federal a ordenar su traslado al Servicio Penitenciario Provincial.
Una vez trasladado, el detenido fue llevado a la fiscalía para presentar su denuncia. Allí, el preso identificó a los presuntos agresores y se tomaron medidas adicionales, como exámenes médicos que documentaron sus lesiones. La representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) también solicitó información a otras instituciones carcelarias y ordenó una inspección ocular en la Alcaidía de la Policía de la Provincia de La Rioja, que tuvo lugar el pasado lunes 9 de octubre.
Durante la inspección ocular, el detenido explicó que los golpes que recibió eran el resultado de tensiones internas entre las guardias de la Alcaidía, ya que algunos parecían querer que los internos se enfrentaran entre sí. Estos maltratos, que incluían abusos físicos, se llevaron a cabo cada 48 horas durante tres meses, causando «consecuencias psicológicas traumáticas», según el denunciante. Alarmantemente, el denunciante afirmó que muchos detenidos padecían estas mismas prácticas pero tenían miedo de denunciarlas debido a posibles represalias.