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Este hallazgo, publicado en la revista Nature Geoscience, reveló que estos virus tienen una antigüedad superior a 40.000 años. Los investigadores, Lonnie Thompson, glaciólogo, y Matthew Sullivan, microbiólogo, encontraron que la mayoría de estos virus son únicos y no se conocen fuera de Asia.

Los microorganismos preservados en el glaciar actúan como cápsulas del tiempo, proporcionando información valiosa sobre la historia ecológica y climática de la Tierra. Este descubrimiento permite a los científicos estudiar cómo estos virus han estado influyendo en la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas a lo largo de milenios.

El estudio subraya la importancia de estos hallazgos para entender cómo los virus pueden haber interactuado con su entorno a lo largo del tiempo. Los investigadores destacaron que el glaciar Guliya funciona como un archivo natural que ofrece una ventana al pasado remoto del planeta, ayudando a desentrañar los misterios de la evolución viral y los cambios en el clima terrestre.

Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para la investigación en virología y climatología, y destaca la relevancia de la preservación de estos antiguos microorganismos en el contexto de los estudios sobre el cambio climático y la evolución de los ecosistemas.