a

Menu

La falta de empleo formal elevó la inseguridad alimentaria de 32 % en 2010 al 51 % en 2024; tres de cada cuatro niños afectados tenían padres trabajadores informales.

Un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA advirtió que en 2024, el 35,5 % de los niños y adolescentes (4,3 millones) sufrió inseguridad alimentaria, mientras que un 16,5 % vivió hambre severa, cifras que no se veían en quince años.

La realidad empeoró con el tiempo: en 2010 el problema afectaba al 32 %, pero en 2024 llegó al 51 %, especialmente en hogares con trabajo precario o informal . El 75 % de los menores afectados tenía padres trabajando en condiciones inestables, lo que refuerza que la falta de empleo formal es el principal motor.