Nueve uniformados recibieron fuertes condenas de la Justicia de Brasil por planear un ataque violento que buscaba impedir la asunción de Lula da Silva en 2023. El complot incluía el asesinato de las máximas autoridades electas y judiciales.
La Justicia de Brasil sentenció a nueve personas (ocho altos mandos militares y un policía federal) a penas de prisión de hasta 24 años por intentar desestabilizar el país tras las elecciones presidenciales de octubre de 2022. El grupo, que actuó después de que Jair Bolsonaro perdió los comicios frente a Luiz Inácio Lula da Silva, planeó una acción extrema: el asesinato de Lula, del vicepresidente Geraldo Alckmin y del juez del Supremo Tribunal, Alexandre de Moraes. La idea era generar un caos que impidiera la toma de posesión del nuevo gobierno democrático.
