La justicia entregó los restos de Thiara Carrasco Vayón a su familia después de pericias que confirmaron su identidad. La historia revela un oscuro vínculo y una desgarradora tragedia.
El viernes 22 de septiembre, el cuerpo calcinado de Thiara Carrasco Vayón fue hallado en La Rioja, pero la identificación se dio 10 días después. Las cámaras del 911 llevaron a la detención de R. C. Rivera como el presunto asesino.
Investigaciones revelaron detalles inquietantes: ingresos al lugar del crimen, una motocicleta transportando un objeto y un segundo allanamiento. Elementos incautados incluyen motocicleta, carro y ropa relacionada.
Carlos Rivera, examinado tras su detención, enfrenta cargos de femicidio. La jueza Gisela Flamini destaca la efectividad policial y sugiere la implicación de más personas. La abogada de la familia, Maria Perovich, enfatiza: «No había relación de pareja, había abuso. Lo conoció por ser pastor, así la atrapó».
La sugerencia de Flamini sobre una «relación de pareja» generó controversia. Según Perovich, Rivera usó la religión para manipular a Thiara. La tragedia destapa no solo un crimen sino la perturbadora realidad del abuso y femicidio.