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En una noticia que ha conmocionado a muchos, una mujer en Auckland, Nueva Zelanda, fue condenada a dos meses de prisión por sobrealimentar a su perro hasta causarle la muerte. El tribunal del Distrito de Manukau no solo la sentenció a prisión, sino que también le impuso una multa de 1.222 dólares neozelandeses (aproximadamente 720 dólares estadounidenses) y le prohibió tener perros durante un año.

El caso salió a la luz cuando Nuggi, un perro que sufría de obesidad extrema, fue rescatado por la Policía en octubre de 2021. En el momento del rescate, el animal pesaba 53,7 kilos, una condición que lo hacía incapaz de moverse por sí mismo. Fue trasladado a la Sociedad Protectora de Animales de Auckland (SPCA), donde se descubrió la gravedad de su estado de salud. Los veterinarios informaron que su obesidad era tan severa que ni siquiera podían escuchar sus pulsaciones con un estetoscopio, ya que el sonido no podía penetrar la gruesa capa de grasa.

El tribunal determinó que la mujer no proporcionó los cuidados necesarios para su mascota, lo que resultó en un grave caso de negligencia animal. La sobrealimentación del perro, combinada con la falta de atención médica, llevaron a que Nuggi viviera en condiciones deplorables, sufriendo un deterioro físico extremo que finalmente resultó en su muerte.

Este caso ha generado un amplio debate sobre la responsabilidad de los dueños de mascotas y la importancia de garantizar su bienestar. La SPCA, que desempeñó un papel crucial en la atención y rescate de Nuggi, subrayó que la obesidad en los animales de compañía es una forma de maltrato y debe ser tomada muy en serio.

Esta sentencia marca un precedente importante en la lucha contra el maltrato animal en Nueva Zelanda. La condena refleja la gravedad del daño causado a Nuggi y sirve como advertencia para otros dueños de mascotas sobre las consecuencias de no cuidar adecuadamente a sus animales.