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A pocos días de septiembre, la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) confirmó que los jubilados recibirán un aumento del 4% en sus haberes.

Este ajuste se realizó en base a la fórmula de movilidad previsional implementada por el Gobierno, que contempla la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y otros factores. El aumento se calculó tomando en cuenta el IPC de julio, publicado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Sin embargo, este incremento del 4% generó dudas y preocupación entre los jubilados, ya que la inflación acumulada en lo que va del año ha sido significativamente mayor. Muchos consideran que este ajuste es insuficiente para cubrir el alza constante de los precios, especialmente en productos de primera necesidad.

La fórmula de movilidad, que se actualiza periódicamente, busca mitigar el impacto de la inflación en los ingresos de los jubilados, pero la diferencia entre el aumento otorgado y la realidad inflacionaria pone en jaque el poder adquisitivo de este sector. En un contexto de creciente incertidumbre económica, los jubilados se preparan para un septiembre complicado, con la esperanza de que futuras actualizaciones logren estar más en sintonía con las necesidades reales.