La falta de hacienda y la fuerte demanda de exportación impulsaron los precios en las carnicerías por encima del índice general de inflación.
El bolsillo de los consumidores sufrió un nuevo golpe el pasado mes de noviembre. El precio de la carne vacuna registró un incremento promedio del 8,2%, lo que significa que comprar un kilo de asado o milanesas es bastante más caro que hace 30 días. Este aumento se dio porque actualmente hay menos vacas disponibles en los campos argentinos, lo que genera que los pocos animales que salen a la venta tengan un valor mucho más alto.
