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La jueza Virginia Illanes presentó su renuncia formal, buscando una salida rápida y estratégica antes de ser enfrentada a un juicio que podría inhabilitarla de por vida para ejercer cargos públicos.

La magistrada, a cargo del Juzgado de Instrucción 2 de Chilecito, presentó su escrito este lunes ante el Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Magistratura, alegando motivos de salud mental. Su decisión llegó tras varias denuncias sobre su desempeño y la admisión de una investigación formal que podría haber culminado en su destitución.

La jugada legal es clara: al renunciar antes de que se abra formalmente el Jury de Enjuiciamiento, el proceso político se cae. De ser aceptada su dimisión, Illanes evita la sanción de inhabilitación. Sin embargo, su renuncia no es un cheque en blanco. Al perder su fuero como jueza, las acusaciones penales por supuestos delitos como cohecho y mal desempeño, denunciadas por el abogado David Calipo, se desvían a la justicia ordinaria. Allí, la exmagistrada deberá responder como cualquier ciudadano ante las familias que esperan sentencias.