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El anuncio es claro: Estados Unidos está a un paso de abrir de par en par sus puertas a la carne vacuna argentina. El cupo para la importación, que estaba en 20.000 toneladas, se elevaría a 80.000, una oportunidad gigante para los frigoríficos de nuestro país.

La decisión, impulsada por la administración de Donald Trump, tiene un objetivo principal: frenar el aumento de precios de la carne para los consumidores estadounidenses. La escasez de ganado y los altos costos internos allí generaron que el valor en góndola se dispare. Importar más desde la Argentina, que ofrece un producto de calidad, es la receta elegida para aumentar la oferta y aliviar la presión inflacionaria.

La medida forma parte de un plan más amplio del Departamento de Agricultura estadounidense (USDA) para incentivar su ganadería, pero el foco internacional está puesto en el aumento de la cuota para el producto sudamericano.