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El ajuste oficial mantuvo el aumento en las facturas algo bajo: 1,9 % promedio. El objetivo es que el golpe no se traslade fuertemente al consumo.

En octubre, las boletas de luz y gas subieron 1,9 % promedio, luego de que el Estado redujera los precios mayoristas para amortiguar el impacto.

El gobierno anunció que hasta octubre no planeaba modificar esta estrategia. “Hasta [las elecciones] de octubre no vamos a hacer nada distinto”, comentó su equipo económico. La apuesta es que los aumentos no generen una presión extra sobre la inflación.

Aunque el porcentaje es bajo frente a lo que marcarían los precios mayoristas, implica un esfuerzo fiscal alto: el Estado sigue cubriendo la diferencia con subsidios.