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En 18 meses cerraron 14.000 panaderías en Argentina. Los precios de insumos se cuadruplicaron y el consumo de pan cayó a la mitad.

El sector panadero atraviesa una de las crisis más duras de su historia. Según el Centro de Industriales Panaderos, en el último año y medio cerraron 14.000 locales en todo el país, mientras que el consumo de pan se redujo en un 50% y la producción cayó a la mitad.

El aumento de costos golpeó de lleno a los hornos: el kilo de pan flauta subió un 104% en 18 meses. La harina de 25 kilos pasó de $3.500 a $15.000, la levadura de $700 a $2.500 y la grasa de $18.000 a $28.000.

Ante este escenario, muchas panaderías decidieron trabajar con producción limitada para no acumular pérdidas. La incertidumbre se refleja tanto en los mostradores como en las mesas de miles de familias argentinas.