Julio César Grassi, el sacerdote condenado a 15 años de prisión por abuso sexual infantil, enfrentó una audiencia clave donde buscó obtener su excarcelación anticipada.
Desde la Unidad 41 de Campana, Grassi participó de manera virtual ante el Tribunal N°1 de Morón. La audiencia fue crucial, ya que la condena original establecía que su pena terminaría en mayo de 2028, pero Grassi solicitó adelantar su libertad.
El abogado de las víctimas, Juan Pablo Gallego, se presentó en la audiencia para argumentar en contra de la solicitud de Grassi. Gallego explicó que el Código Penal prohíbe a los delincuentes sexuales acceder a este tipo de beneficios. Además, resaltó que Grassi se negó a someterse a una pericia psicológica, lo que generó dudas sobre su rehabilitación. El tribunal, a pesar de estas objeciones, permitió que se avance con el pedido de excarcelación, lo que generó preocupación entre las víctimas.
En un giro llamativo, Grassi se representó a sí mismo como abogado, habiéndose recibido durante su tiempo en prisión. Esto sumó una cuota de tensión al proceso, ya que es inusual que un condenado por delitos tan graves tome su propia defensa legal.
