El mural de Lamine Yamal en la Plaza Joanic de Barcelona apareció vandalizado con dibujos de los siete enanitos, firmados por el artista callejero Shredder.
La intervención se interpretó como una burla a la reciente fiesta de cumpleaños del jugador, donde contrató artistas con enanismo, hecho que recibió críticas de la ADEE.
Horas después, TVBoy, autor del mural, restauró la obra y eliminó las figuras agregadas. El hecho reavivó el debate sobre los límites entre arte urbano, crítica social y vandalismo en las calles de Barcelona.
