Un estudio de la Universidad de Pavia demostró que chismear aumenta los niveles de oxitocina, la hormona del cariño, lo cual genera placer y reduce el estrés. El chisme también ayuda a conectar con otras personas.
Un estudio de la Universidad de Pavia reveló que chismear hace más felices a las personas al aumentar los niveles de oxitocina, la hormona del cariño. Los participantes del experimento redujeron su estrés y sintieron más placer al compartir chismes. Además, el psicólogo Robin Dunbar afirmó que el chisme es una forma importante de conectar con otros y entender nuestro entorno social.