Diego Roqué, suspendido por la Iglesia por romper el celibato, sigue oficiando misas privadas. Aunque fue sobreseído en una causa por abuso, su rol genera polémica. Él se defiende diciendo que sus encuentros no son como sacerdote.
El escándalo sacude a la Iglesia luego de que se revelara que el monje Diego Roqué, suspendido por romper el celibato, sigue oficiando misas privadas a pesar de la prohibición eclesiástica. La polémica creció cuando se supo que, aunque fue sobreseído en una causa por abuso, la Iglesia decidió sancionarlo por mantener relaciones sexuales.
Roqué, por su parte, se defiende asegurando que sus reuniones no son como sacerdote, sino encuentros privados en los que habla sobre espiritualidad. Sin embargo, la controversia no tarda en crecer, ya que algunos lo acusan de desafiar las normas de la Iglesia y de seguir actuando como si su suspensión no existiera.