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Tras un fallido golpe en Bolivia, la tensión sigue alta. El presidente Arce es acusado de un «autogolpe». Diecisiete personas, entre ellas militares, fueron detenidas. La Plaza Murillo está custodiada por policías. La oposición sospecha manipulación de Arce para mejorar su imagen. El gobierno niega las acusaciones y asegura que Zuñiga intentó un golpe real.

Tras un fallido golpe de Estado en Bolivia, la tensión sigue en aumento. El presidente Luis Arce es acusado de haber orquestado un «autogolpe» para consolidar su poder. Diecisiete personas, incluyendo militares como el general Juan José Zuñiga y el excomandante de la Armada Juan Arnez, fueron detenidas.

La Plaza Murillo de La Paz está fuertemente custodiada por policías antimotines, y el gobierno asegura que la crisis apenas comienza. La oposición y algunos sectores del oficialismo sospechan que Arce manipuló la situación para mejorar su imagen, debilitada por la crisis económica y la escasez de combustible. El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, niega las acusaciones y sostiene que Zuñiga intentó un golpe real por sentirse traicionado.