Rusia lanzó un satélite con animales y plantas para estudiar cómo sobreviven a la radiación espacial.
El 20 de agosto, desde el cosmódromo de Baikonur, la nave de 6,4 toneladas llevó 75 ratones, 1.500 moscas, cultivos y semillas a una órbita polar. Los roedores contaban con sensores para medir temperatura y frecuencia cardíaca.
Paralelamente, se duplicó la “tripulación” en la Tierra para comparar los efectos de la radiación y otras condiciones del espacio.
El objetivo del experimento es entender cómo distintos organismos reaccionan fuera de la Tierra, información clave para futuras misiones y estudios de biología espacial.
