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El cierre de los Juegos Olímpicos de París 2024 estuvo envuelto en una controversia internacional luego de que Rusia calificara la ceremonia como un acto de «satanismo tan obvio».

La polémica surgió a raíz de una representación artística que mostraba a un ángel caído subyugando a la humanidad, lo que fue interpretado por el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso como un intento de imponer un simbolismo oscuro y perturbador en uno de los eventos deportivos más importantes del mundo. María Zajárova, portavoz de la Cancillería rusa, utilizó su canal de Telegram para criticar duramente la presentación, afirmando que el mensaje transmitido era una clara manifestación de valores contrarios a los principios humanos.

La reacción rusa generó un intenso debate en redes sociales, donde muchos usuarios se mostraron divididos entre aquellos que apoyaron la postura del gobierno ruso y quienes consideraron exageradas las acusaciones. En Francia, la ceremonia fue celebrada como una muestra de creatividad y libertad artística, pero las críticas rusas pusieron en duda las intenciones detrás del espectáculo. Mientras tanto, la comunidad internacional observó con atención el cruce de declaraciones, y el cierre de los Juegos Olímpicos de París quedó marcado por una controversia que trascendió el deporte y tocó fibras culturales y políticas.