La Justicia rechazó otorgarle la libertad condicional a Julio César Grassi, el sacerdote condenado en 2009 a 15 años de prisión por dos episodios de abuso sexual infantil.
Grassi, de 68 años, había solicitado su excarcelación bajo el argumento de haber cumplido más de dos tercios de su condena, pero el Tribunal en lo Criminal N°1 de Morón denegó su pedido. Los jueces Mariana Maldonado, Juan Carlos Uboldi y Claudio José Chaminade fundamentaron su decisión priorizando los derechos del niño y descartaron la nulidad del dictamen que Grassi había solicitado.
El fallo fue considerado un alivio para las víctimas, según expresó el abogado querellante, Juan Pablo Gallego, quien destacó que la decisión estuvo acorde a la legislación argentina. La querella y el fiscal de ejecución, Mario Ravizzini, habían solicitado que Grassi continúe detenido hasta el final de su condena en 2028.
Durante la audiencia, Grassi insistió en su inocencia y cuestionó el poco tiempo otorgado para defenderse. También mencionó que un error judicial puede llevar a una persona inocente a prisión, y expresó su deseo de reintegrarse a la sociedad, si la Iglesia se lo permite, una vez en libertad. Sin embargo, se negó a someterse a una pericia psicológica, lo cual fue destacado como un punto crítico en el rechazo de su solicitud.