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La ciencia convierte residuos cerveceros en valor: el bagazo se transforma en bioestimulante con selenio que fortalece la cebada frente a sequías y busca producir cervezas funcionales sin alcohol.

Investigadores del CONICET en Mar del Plata, junto con la cervecería Antares y universidades de España, Dinamarca y Alemania, están desarrollando el proyecto BrewSelBar. La meta es usar bagazo de cerveza —un residuo industrial— como base para un producto agrícola que mejore la tolerancia de la cebada al estrés climático como sequías y altas temperaturas.

El programa también apunta a biofortificar los granos con selenio, un micronutriente clave para el sistema inmunológico humano. En una etapa inicial, esas semillas tratadas permitirían elaborar cervezas funcionales sin alcohol, añadiendo un valor nutritivo. Además, esta iniciativa reduce desperdicios y promueve una economía circular que beneficia tanto al agro como al ambiente.