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Un nuevo decreto en Francia busca terminar con el aumento de pasajeros que tienen un mal comportamiento durante los vuelos, una tendencia que crece en Europa y que afecta la seguridad de todos. El país europeo fijó sanciones económicas muy altas para quienes generen disturbios a bordo de las aeronaves.

La medida, impulsada por el ministro de Transporte, Philippe Tabarot, permite a las autoridades multar de manera administrativa a quienes alteren el orden. La sanción inicial es de hasta 10.000 euros, un monto que se eleva a 20.000 euros si la persona vuelve a causar problemas en otro vuelo. El ministro aseguró que este nuevo marco regulatorio envía un mensaje contundente: “El comportamiento disruptivo estará sujeto a sanciones administrativas efectivas”.