El Departamento del Tesoro de Estados Unidos puso fin a la producción de la icónica moneda de un centavo, conocida popularmente como Penny, debido a que su costo de fabricación superó ampliamente su valor nominal. La decisión marca el fin de una era de 232 años.
La última tanda del Penny se acuñó en la Casa de la Moneda de Filadelfia. El motivo principal del cese de producción fue el factor económico: la irrelevancia del centavo en las transacciones diarias y, lo más importante, que acuñar una moneda de 1 centavo ya costaba más de 3 centavos. Este gasto anual insostenible llevó al gobierno a detener la producción, lo que generará un ahorro de unos 56 millones de dólares al año.
