El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se encuentra en medio de un escándalo tras la difusión de una imagen en la que se lo ve recibiendo un beso de su ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra.
La fotografía fue tomada durante la apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, pero no fue hasta el martes que se viralizó en las redes sociales y trascendió en la prensa internacional.
La polémica surge por la apariencia «apasionada» del beso, que se sitúa entre la mejilla y el cuello del presidente francés. Este gesto ha generado diversas interpretaciones y especulaciones sobre la naturaleza de la relación entre Macron y Oudéa-Castéra, alimentando debates en medios de comunicación y plataformas digitales.
La imagen rápidamente se volvió viral, y usuarios de redes sociales no tardaron en compartirla y comentar sobre el posible trasfondo de la interacción entre el presidente y su ministra. Algunos consideran que se trata de un gesto inocente que ha sido malinterpretado, mientras que otros sugieren que hay algo más detrás del beso.
Este episodio ocurre en un contexto delicado para Macron, quien enfrenta varios desafíos políticos y sociales en Francia. La controversia del beso añade una nueva dimensión a su situación, atrayendo la atención tanto de sus detractores como de sus seguidores.