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El papa Francisco expresó su preocupación ante la propuesta del gobierno argentino de modificar el Régimen Penal Juvenil, reduciendo la edad de imputabilidad a 13 años.

Durante una audiencia en la biblioteca del Vaticano con representantes de la Justicia federal, el líder de la Iglesia Católica manifestó su inquietud por las implicancias de esta reforma. La Iglesia, a través de un comunicado, subrayó la necesidad de un nuevo régimen penal juvenil que contemple el desarrollo integral de los menores, pero sin reducir la edad mínima de imputabilidad.

La postura del Papa se enmarca en una visión de protección y acompañamiento a los menores, argumentando que bajar la edad penal no es la solución adecuada para abordar los problemas sociales y delictivos que afectan a los jóvenes. Esta declaración se suma a un debate que ha generado opiniones divididas en la sociedad argentina, donde algunos sectores defienden la reducción de la edad de imputabilidad como una medida necesaria, mientras que otros la ven como una criminalización prematura de la infancia. Las palabras de Francisco reavivaron el debate y pusieron el foco en la responsabilidad del Estado en la protección de los derechos de los menores.