La medida, considerada «humanitaria» por las autoridades, generó críticas de organizaciones ecologistas que cuestionan la precisión y ética del método utilizado.
En abril de 2025, el gobierno del estado de Victoria, Australia, autorizó el sacrificio de 750 koalas en el Parque Nacional Budj Bim, utilizando francotiradores desde helicópteros.
La medida se tomó tras incendios forestales que destruyeron más de 2.000 hectáreas de hábitat, dejando a muchos animales heridos, deshidratados o sin acceso a alimentos.
Las autoridades justificaron la acción como una «matanza humanitaria» para evitar el sufrimiento de los koalas afectados.