La Casa Blanca lanzó un plan piloto que obliga a extranjeros de países seleccionados a depositar entre US$5.000 y US$15.000 para entrar a EE.UU.
El programa, que arranca el 20 de agosto de 2025 y durará un año, aplica a visas B‑1/B‑2, especialmente de países con altas tasas de sobreestadía o sistemas migratorios débiles. El monto lo determina un funcionario consular.
Se estima que afectará a cerca de 2.000 personas, que pagarán en promedio US$10.000. El depósito se devuelve si se respeta la estadía; de lo contrario, se pierde.
Responde a una estrategia más amplia del gobierno Trump para endurecer controles migratorios tras su regreso en enero de este año. Exime a países del programa de exención de visa, y admite condonaciones en casos puntuales.
