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El Obispado de Zárate-Campana tomó la decisión de expulsar a Olivera Ravasi, el sacerdote que se hizo conocido por promover la liberación de genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad y por organizar la visita de diputados de La Libertad Avanza a represores en el Penal de Ezeiza.

La medida fue anunciada a través de un comunicado oficial en el que se detalló que, a lo largo del tiempo, Ravasi había acumulado numerosas quejas debido a sus expresiones y actitudes.

Según el Obispado, se le solicitó en repetidas ocasiones que modificara su conducta, pero al no observarse ningún cambio, se decidió no permitirle seguir residiendo en la diócesis. Esta expulsión marcó un fuerte distanciamiento de la Iglesia con las acciones de Ravasi, dejando claro que no apoyan sus actividades ni sus posturas controversiales.

El caso de Olivera Ravasi generó un gran revuelo en la opinión pública, especialmente por su apoyo a figuras condenadas por crímenes cometidos durante la última dictadura cívico-militar en Argentina. La decisión del Obispado fue recibida con satisfacción por aquellos que consideraban inaceptable la postura del sacerdote, mientras que algunos sectores lo defendieron, argumentando la libertad de expresión y de pensamiento.