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El plástico de las bolsas de supermercado tiene sus días contados gracias a un desarrollo científico hecho en Misiones, que promete revolucionar la manera en que consumimos.

Científicos del CONICET y una empresa de la provincia de Misiones crearon un bioplástico que se transforma en bolsas y otros envases. La materia prima principal es el almidón de mandioca, un recurso regional, que se procesa para crear un material flexible y resistente que reemplaza al plástico tradicional. Este desarrollo busca dar una alternativa nacional a los materiales importados que se usan en la actualidad.

El punto clave del invento es que estas bolsas son totalmente biodegradables. A diferencia del plástico común, que contamina arroyos y rellenos sanitarios por cientos de años, las bolsas de mandioca se degradan mucho más rápido y sin dejar restos dañinos para el ambiente. El equipo señaló que el objetivo es tener una opción que sea accesible en costos y que pueda producirse en el país.