El gobierno de China implementó una de las regulaciones más estrictas del mundo para las redes sociales, al exigir a los influencers con más de un millón de seguidores que certifiquen su formación académica para discutir temas especializados. La medida busca proteger a los ciudadanos de la desinformación y los consejos sin fundamento.
La Administración del Ciberespacio de China (CAC) dictaminó que, para opinar públicamente sobre áreas consideradas de interés público —como medicina, derecho, política, economía o historia—, los streamers y creadores de contenido con gran alcance deben presentar un título universitario o una certificación oficial que respalde su conocimiento. Esta es una medida sin precedentes que cambia la lógica de la divulgación en plataformas masivas como Douyin (el TikTok chino) y Weibo.
