Luis Fernando Iribarren, conocido como el «carnicero de Giles», fue capturado por la Policía Federal en Santiago del Estero, tras haber estado prófugo durante más de diez días.
Iribarren cumplía una condena a prisión perpetua por el asesinato de cinco miembros de su familia en 1986. Sin embargo, aprovechó un permiso de salidas transitorias del penal de Lisandro Olmos para escapar, desatando una intensa búsqueda por parte de las fuerzas de seguridad.
La captura se produjo en Villa Atamisqui, una pequeña localidad de Santiago del Estero, donde Iribarren fue encontrado paseando a su perro. La Policía Federal, a través de un operativo conjunto de sus brigadas, logró identificarlo y detenerlo sin que ofreciera resistencia. El caso generó una gran repercusión en todo el país, no solo por la gravedad de los crímenes cometidos por Iribarren en su momento, sino también por las fallas en el sistema penitenciario que permitieron su fuga.