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Las lluvias más intensas en cuatro décadas golpearon Bolivia, dejando 52 muertos, miles de damnificados y comunidades aisladas. El Gobierno declaró emergencia nacional, busca asistencia internacional y advierte sobre los efectos irreversibles del cambio climático.

Bolivia enfrenta las lluvias más intensas en 40 años, con un saldo de 52 muertos y más de 450.000 familias afectadas. El Gobierno boliviano declaró emergencia nacional el 26 de marzo, lo que permite la gestión de ayuda internacional y la movilización de recursos.

El fenómeno climático afectó a los nueve departamentos del país, pero golpeó con mayor fuerza a La Paz, Chuquisaca, Cochabamba, Santa Cruz y Potosí. Más de 4.900 comunidades sufrieron daños, con viviendas destruidas, cultivos arrasados y poblaciones aisladas por la caída de puentes y carreteras.