Gonzalo Soria, técnico del equipo femenino de Newell’s Old Boys, comparte los desafíos y logros del equipo en el torneo Provincial de Básquet en La Ciudad De La Rioja.
En un esfuerzo heroico, el equipo femenino de Newell’s Old Boys se está enfrentando a gigantes en el mundo del básquet en el torneo Provincial organizado por la Federación Riojana de Básquet. Gonzalo Soria, el apasionado técnico del equipo, compartió la historia de determinación y desafío que están viviendo estas jóvenes deportistas.
«Estamos participando del torneo provincial que organiza la Federación Riojana de Básquet», comenta Soria con orgullo. «El sábado pasado terminamos de jugar la fase regular, donde ganamos todos los partidos, excepto el último. Ahora, estamos a la espera para ver si terminamos primero o segundo en la fase clasificatoria».
El equipo se encuentra frente a un obstáculo crucial: la falta de recursos financieros. «Lo ideal sería jugar cada semana, pero con la economía y la situación del país, no nos permite pagar una combi todas las semanas», explica Soria. «Estamos yendo cada quince días y nos hacen jugar dos partidos, realizando beneficios, rifas, y así nos vamos moviendo. Lo único que necesitamos es una combi para poder viajar. No queremos dinero ni nada más, solo una combi para poder competir».
La dedicación del equipo es admirable, considerando las limitaciones que enfrentan. «Es un mérito muy grande para las chicas porque están haciendo un campeonato increíble», continúa Soria. «Estamos jugando prácticamente de igual a igual contra instituciones con mucha infraestructura, poder económico y acceso a todas las facilidades. Nosotros entrenamos los días que podemos, las chicas se esfuerzan entre sus trabajos y obligaciones para estar aquí y lo hacen perfectamente».
El caso del equipo femenino de Newell’s Old Boys destaca la pasión y el compromiso de estas jóvenes deportistas, que continúan luchando a pesar de las adversidades financieras. Su historia es un recordatorio de que el verdadero espíritu del deporte reside en la determinación y el amor por el juego, incluso cuando los recursos escasean.