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Una nueva cepa de la viruela del mono, denominada Clado I, generó preocupación mundial debido al aumento de casos y muertes en África. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estaba considerando declarar una emergencia de salud pública de importancia internacional ante la gravedad de la situación. La cepa, conocida también como mpox, fue particularmente letal en la República Democrática del Congo, donde más de 450 personas murieron, y se registraron más de 13,000 infectados.

La enfermedad, que se había vuelto endémica en 11 de las 26 provincias de la República Democrática del Congo, mostraba un incremento constante de casos desde que se declaró epidemia en 2022. Durante los últimos años, la cantidad de infecciones y muertes se triplicó, afectando gravemente a la población, especialmente a los menores de 15 años. Este grupo representó el 70% de los infectados y el 87% de las muertes, según confirmaron estudios publicados en la revista Science.

La cepa también se extendió a países como Kenia, Ruanda y Burundi, lugares donde no se habían registrado casos previamente. Esta expansión preocupó a las autoridades sanitarias locales, que intensificaron sus esfuerzos para contener el brote mediante campañas de vacunación y otras medidas preventivas. Sin embargo, la OMS destacó la necesidad de un mayor financiamiento y apoyo internacional para abordar la crisis de manera efectiva.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, mencionó en su cuenta de X la posibilidad de convocar un Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional para evaluar si la situación debería considerarse una emergencia de salud pública de importancia internacional. Durante la pandemia de mpox del Clado II, de julio de 2022 a mayo de 2023, la OMS ya había emitido una declaración similar, aunque la cepa Clado I demostró ser mucho más letal.