El Gobierno de Javier Milei rompió con la tradición diplomática del país al votar en contra de una resolución de la ONU que condena la tortura, uniéndose a una minoría global de solo tres naciones.
La semana pasada, en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, la República Argentina votó en contra de una resolución que tenía como objetivo prevenir y erradicar la tortura. La noticia impactó a la comunidad internacional porque este tipo de condenas se adoptaban casi siempre con el apoyo de todos los Estados miembros, pero esta vez hubo tres pronunciamientos negativos: el de Argentina, junto al de Estados Unidos y el de Israel.
