a

Menu

La obsesión por la apariencia llevó al ruso Kirill Tereshin a una situación de salud extrema, demostrando el riesgo mortal de las inyecciones de aceite para aumentar la masa muscular.

El exsoldado Kirill Tereshin, de 29 años, se hizo popular en redes sociales por su físico: poseía unos bíceps de tamaño descomunal que le valieron el apodo de «Popeye ruso». Pero ese volumen no era de músculo, sino el resultado de inyectarse Synthol (un aceite sintético) y vaselina directamente en las extremidades. Esta práctica, muy arriesgada, busca un aumento de volumen rápido, pero provoca daños severos en el tejido.