Dos altos jefes de la Policía de la provincia de Tucumán fueron despedidos y apresados tras descubrirse que sacaban a presos de la comisaría para que trabajaran ilegalmente como albañiles en una propiedad privada. Este abuso de autoridad derivó en un escándalo de corrupción que sacudió a la cúpula de la fuerza.
El jefe, comisario Gustavo Beltrán, y su segundo, Sergio Juárez, fueron apartados de la Unidad Regional Norte después de que una investigación interna confirmara la denuncia. Los detenidos que debían estar en la comisaría eran llevados a una casa de veraneo en la zona de El Cadillal, propiedad de uno de los jefes, para realizar tareas de construcción.
El Gobierno de la provincia reaccionó de inmediato y firmó el decreto que dio la «baja inmediata» a los dos comisarios. Además de los dos jefes expulsados, la Justicia apresó a otras cuatro personas relacionadas con el hecho, incluyendo personal de la comisaría y los presos implicados, que fueron trasladados a un penal. Las autoridades provinciales afirmaron que este es un «hecho de suma gravedad» y que los responsables deberán responder penalmente.
