Lejos de ser una simple exhibición de cera, un artista madrileño agitó las redes con una intervención provocadora: Milei con cuerpo de perro y Netanyahu como muñeco asesino.
El gesto sucedió en el Museo de Cera de Madrid, donde Nicolás Miranda reemplazó figuras tradicionales por versiones alteradas: la cara del político argentino ocupó el cuerpo canino, y el primer ministro israelí quedó convertido en un muñeco tipo “Chucky”. La intervención se viralizó casi de inmediato.
Para quienes lo defienden, es un acto de rebelión artística con mensaje político: poner en evidencia el poder, la caricatura de líderes y cómo funciona la provocación visual. Para los críticos, roza la burla insensible y la falta de respeto. En cualquier caso, cumplió su misión: hizo ruido, generó debate, y puso el foco en hasta dónde puede llegar el arte crítico.
