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Durante el encuentro, un jugador del equipo Arsenal recibió tarjeta roja y respondió con un puñetazo en el rostro del árbitro, quien cayó inconsciente. Mientras estaba en el suelo, recibió varias patadas hasta que otros lo rescataron. El agresor huyó del lugar pocos segundos después del ataque.

El árbitro fue asistido en la cancha por personal médico y luego le ofrecieron que haga la denuncia por “lesiones”. Quedó todo en manos de la comisaría de Malligasta, que ya comunicó los hechos al Ministerio Público Fiscal para que la investigación avance.
Este episodio reaviva el reclamo de más seguridad y sanciones reales en el deporte local: que un árbitro pueda ser atacado de esa manera no puede quedar impune.