Desde Tirana reportan que Albania hizo algo sin precedentes: nombró a Diella, una inteligencia artificial, como ministra encargada de las licitaciones públicas del Estado, con la promesa de eliminar la corrupción en esos procesos.
Diella ya era conocida por la población: funcionaba como asistente virtual en la plataforma estatal e-Albania, gestionando decenas de miles de documentos y ofreciendo ayuda para trámites digitales. Ahora su función se eleva: evaluará ofertas de empresas privadas, adjudicará contratos estatales, y los ministros humanos quedarán al margen de esos procedimientos.
El primer ministro Edi Rama sostiene que este cambio hará que las licitaciones sean “100 % libres de corrupción” y que los fondos públicos sean “perfectamente transparentes”. Pero no todos están convencidos: críticos preguntan quién supervisa la IA, cómo evitar manipulaciones, y qué sucede si hay errores. Sea como sea, Albania acaba de abrir un debate enorme sobre el papel de la IA en el poder