Durante su segunda Audiencia General, el pontífice instó a una compasión que trascienda lo religioso, enfocándose en la situación crítica de civiles en zonas de guerra.
En su segunda Audiencia General desde que fue elegido como pontífice, el papa León XIV centró su catequesis en la parábola del buen samaritano y lanzó un contundente llamado a la compasión universal, que —según expresó— no debe quedar encerrada en el ámbito religioso, sino que debe brotar «de una profunda humanidad compartida».
Durante su alocución, el Papa se refirió con particular preocupación a los conflictos en Ucrania y en la Franja de Gaza, evocando las imágenes más dolorosas de ambos escenarios bélicos.
