Desde este lunes, más de 60 presos de alto perfil en las cárceles de Santa Fe comenzaron a utilizar uniformes naranjas, en una medida impulsada por las autoridades provinciales para mejorar la identificación, control y visibilidad de estos reclusos.
Este grupo de detenidos, mayormente relacionado con el narcotráfico y crímenes de alto impacto, ahora será fácilmente distinguible en los espacios comunes y durante las visitas.
La implementación de este uniforme no será obligatoria en todo momento, pero sí en situaciones claves como durante las visitas, en áreas comunes y en las salidas al exterior. Según explicaron desde el gobierno de Santa Fe, la decisión busca desactivar el poder de estos presos, catalogados como «nivel 1», quienes suelen tener gran influencia dentro de los penales.
El uso de este color distintivo es parte de una serie de medidas que se están adoptando para frenar la creciente violencia y el crimen organizado en la provincia, que en los últimos años ha visto un aumento significativo de casos vinculados al narcotráfico. La iniciativa ha generado debate, pero las autoridades aseguran que es necesaria para mantener el control y mejorar la seguridad en las cárceles.