El 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, establecido en 2014 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este día busca generar conciencia sobre un delito que representa una forma moderna de esclavitud, negando a las personas su dignidad y derechos básicos.
La trata de personas adopta diversas formas, siendo la explotación sexual y el tráfico de personas las más comunes. Hoy en día, se estima que alrededor de un millón de menores son víctimas de trata con fines sexuales. Este alarmante número resalta la magnitud del problema y la urgencia de tomar medidas efectivas.
Organismos internacionales como la ONU y la Cruz Roja han alertado sobre el uso de las redes sociales por parte de los criminales para captar y explotar a sus víctimas. La ONU denunció que la proliferación de plataformas en línea supone mayores riesgos para los menores, quienes tienden a conectarse a estos sitios sin las protecciones adecuadas. Esto facilita que los traficantes los enganchen y exploten.
En este contexto, la ONU ha propuesto enfocarse en las causas y vulnerabilidades asociadas al tráfico de menores. Es fundamental abordar los factores que permiten que estos crímenes ocurran y trabajar en la prevención, protección y apoyo a las víctimas.
Este día es una oportunidad para reflexionar sobre la responsabilidad de los gobiernos, las organizaciones y la sociedad en general para combatir la trata de personas. La lucha contra este flagelo requiere una acción coordinada y un compromiso continuo para garantizar la seguridad y los derechos de los más vulnerables.