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El atentado contra Donald Trump sigue generando controversia. El director del FBI, Christopher Wray, ha planteado dudas sobre si la herida en la oreja derecha de Trump fue causada por una bala o metralla. Durante una comparecencia ante el Congreso, Wray afirmó que aún se está investigando este detalle crucial del ataque.

El exmandatario estadounidense sufrió una herida de 2 centímetros en su oreja derecha, y su médico personal aseguró que la bala estuvo a solo 6 milímetros de causar daños más graves. Sin embargo, la versión del FBI no es tan clara, y se considera la posibilidad de que la herida fuera causada por metralla.

El ataque, perpetrado por Thomas Crooks, dejó un asistente muerto y a Trump y otros dos heridos. Wray detalló que Crooks había volado un dron cerca del lugar del mitin dos horas antes del ataque y que los agentes recuperaron tres artefactos explosivos rudimentarios: dos del vehículo de Crooks y uno de su residencia. Estos artefactos podrían haber sido detonados remotamente, pero los receptores estaban apagados.

Además, Wray mencionó que Crooks utilizaba aplicaciones de mensajería cifradas para comunicarse, complicando aún más la investigación. En el techo del lugar del ataque se encontraron ocho cartuchos de balas usadas, confirmando la gravedad del atentado.

Tras este atentado, la directora del Servicio Secreto de Estados Unidos presentó su renuncia, enfrentando duras críticas por la falta de protección adecuada. Trump ha hablado públicamente sobre el ataque, describiendo cómo escuchó un fuerte zumbido y sintió un golpe en su oreja derecha. Su versión contrasta con la incertidumbre planteada por el FBI, lo que añade más tensión a la situación.