Desde 2014, la tasa de fecundidad cayó drásticamente y ya está por debajo del nivel necesario para sostener la población. La tendencia provocó el cierre de maternidades y jardines de infantes, mientras que los políticos ignoran o celebran la situación.
Desde 2014, Argentina registra una caída sostenida en la tasa de fecundidad, lo que significa que cada vez nacen menos bebés. Este fenómeno impactó en distintas áreas, provocando el cierre de maternidades y jardines de infantes, especialmente en regiones donde la demanda de servicios infantiles disminuyó drásticamente.
Según los expertos, la natalidad está muy por debajo del nivel necesario para mantener estable la población. Esto podría traer consecuencias económicas y sociales en el futuro, como el envejecimiento acelerado de la sociedad y la falta de fuerza laboral. Sin embargo, lejos de generar preocupación en la política, el tema parece pasar desapercibido o incluso es motivo de celebración para algunos sectores que promueven políticas antinatalistas.
